La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, anunció este martes el levantamiento del toque de queda nocturno que había sido implementado la semana pasada, medida que se aplicaba en una parte de la ciudad entre las 20 y las 6 horas, en respuesta a actos de saqueo y vandalismo registrados durante protestas contra las redadas antimigratorias impulsadas por la administración federal.
La decisión de Bass se produjo mientras continúa la disputa entre autoridades estatales y el presidente Donald Trump sobre el despliegue de elementos de la Guardia Nacional y marines en la ciudad.
El Presidente envió alrededor de 4 mil efectivos estatales y 700 marines con el argumento de “proteger la seguridad pública”, sin embargo, la alcaldesa y otros funcionarios de California acusan al gobierno federal de “escalar el conflicto mediante la presencia militar”.
Bass declaró que el toque de queda fue efectivo para proteger negocios, establecimientos y áreas residenciales, aunque se mantiene dispuesta a reinstaurarlo si las condiciones lo requieren.
Mientras tanto, la presencia militar en Los Ángeles se mantiene, con efectivos resguardando instalaciones federales y actuando bajo lineamientos que les impiden realizar detenciones directas.
Un juez federal declaró ilegales las acciones del presidente al asumir el control directo de la Guardia Nacional, ordenando su devolución al gobernador Gavin Newsom, no obstante, un tribunal superior suspendió temporalmente la resolución tras una apelación del Departamento de Justicia, que argumentó la necesidad de mantener a las tropas federales para garantizar los operativos de inmigración.
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