El ejército ruso informó que el viernes interceptó ocho misiles ATACMS, suministrados por Estados Unidos, y 72 drones en la región de Bélgorod, cerca de la frontera con Ucrania.
Según las autoridades rusas, no se han reportado daños materiales ni víctimas por estos ataques.
En respuesta, el Kremlin emitió un comunicado calificando las acciones de Ucrania como una línea roja en el conflicto y advirtió «que habrá represalias».
El presidente Vladimir Putin había señalado que cualquier ataque con misiles ATACMS o Storm Shadow británicos sería respondido con posibles operaciones en Kiev, aunque estas amenazas no se han concretado hasta el momento.
El uso de misiles ATACMS por Ucrania fue autorizado en noviembre por la administración de Joe Biden.
Desde entonces, Kiev ha realizado varios ataques con este tipo de armamento.
En contraparte, Rusia anunció el despliegue de un misil hipersónico experimental conocido como «Oreshnik» y aseguró que responderá a cada ofensiva de largo alcance llevada a cabo por Ucrania.
En Ucrania, un ataque ruso en Járkov dejó un fallecido, mientras que un ataque con drones en Jersón provocó cuatro heridos.
En el este, en un área bajo control ruso, un ataque ucraniano en Gorlivka causó al menos diez heridos, mientras que dos personas resultaron lesionadas en la localidad rusa de Shebekino, también cerca de la frontera.
Asimismo, las autoridades rusas reportaron la detención de cuatro menores en la ciudad de Ekaterimburgo, acusados de planear un atentado con explosivos en lugares públicos.
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