Previo a la pandemia, amigos y familiares asistían el 10 de mayo a los panteones a visitar a las mamás fallecidas; sin embargo, este año, con el regreso a la supuesta normalidad, el panteón Jardines de la Paz, ubicado en Chipitlán, se encontraba con muy poca afluencia.
Mediante un cartel con la leyenda de “Bienvenidos, feliz día de la madre”, el panteón de la Paz se preparó para recibir a cientos de familias, pero en punto de las 14:00 horas, se había registrado una baja asistencia, pues los cuidadores del lugar mencionaron que a comparación de años anteriores, este año pocas personas habían acudido a visitar a sus seres queridos.
Pese a que en días anteriores el secretario de Desarrollo Sustentable y Servicios Públicos, Pablo Aguilar Ochoa, había mencionado que se le habían dado mantenimiento a los panteones de Cuernavaca, nos encontramos con que la buena imagen prevalece pero hay una gran cantidad de tumbas que se encuentran en el olvido.
Considerado uno de los cementerios más grandes de Cuernavaca, el cual ha presentado “sobrepoblación”, fue inevitable notar tumbas hundidas, entre maleza, tierra e incluso cruces rotas; sin embargo, hay tumbas que se notan que reciben constantes visitas pues el espacio se aprecia limpio, las criptas se ven forradas de pasto, arreglos florales, veladoras, sin dejar de lado los mausoleos en buen estado.
Trasladan festejos del Día de la Madre al panteón
Entre las muchas historias que puede encerrar el panteón Jardines de la Paz, la que más llamó la atención fue el emotivo encuentro entre los seres queridos de la señora Sofía Erevia Peralta, ya que en la tarde del 10 de mayo toda su familia asistió a la cripta donde ahora descansa, y entre música y regocijo le celebraron el Día de la Madre.
Pese a que la señora Sofía partió de este plano en noviembre del año pasado, sus nietos e hijos no han desaprovechado la oportunidad para compartir con ella, pues de manera respetuosa y cariñosa decidieron mover el tradicional festejo del 10 de mayo al cementerio.
Sus hijos y nietos, quienes sumados daban un total de 25 personas, le rindieron un homenaje entre baile, cerveza, y risas, así como cantos en voz de sus nietas, pues eso es lo que a ella le gustaba y había pedido para cuando tuvieran que darle el último adiós.
Como exjefa de enfermeras de especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la señora Erevia Peralta dejó un gran impacto por parte de sus compañeros, pues sus familiares mencionan que no han dejado de visitarle y recordarle amistosamente.
Durante el festejo, los músicos se acercaron donde la familia festejaba y acompañados de una de las nietas cantaron Amor eterno; pese a la tristeza que los Rodríguez Erevia expresaban, las demostraciones de afecto no pararon pues su estadía en el cementerio fue mayor a cinco horas.
Asimismo, se mencionó que por parte de la administración del panteón les dieron la libertad de festejar a la abuela con música y el brinco de chinelo, incluso se destacó que en un par de ocasiones los veladores se acercaron a vigilar que todo estuviera en orden; sin embargo, en ningún momento les llamaron la atención y les dejaron seguir disfrutando del festejo.
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