Cuernavaca.- En el Domingo de Resurrección el obispo de la Diócesis de Cuernavaca Ramón Castro Castro invitó a los feligreses a creer y aspirar a la vida eterna.
Para la comunidad católica este domingo es la fiesta más importante del año, el día en que Cristo resucitó de entre los muertos. Este acto es la culminación de la encarnación, una prueba de la divinidad de Cristo, y el final de la Cuaresma.
En la Catedral de Cuernavaca, Monseñor Ramón Castro convocó a la comunidad católica a vivir la festividad de la Resurrección como si fuera la primera vez; “es decir, que nos suene a nuevo, como si nunca lo hubieras oído, porque muchas ocasiones la rutina nos hace perder el sabor de la profundidad, por eso celebremos la eucaristía con novedad del gran milagro de Dios”.
En la homilía dominical aseguró que a partir de este domingo inicia el día eterno: “Con el sepulcro vacío de Jesús se nos dan las llaves de nuestro sepulcro para que también este vacío. Hermanas y hermanos hemos nacido para la vida eterna y hoy es el sello de garantía”.
Destacó que la conquista de Cristo sobre la muerte es una batalla ganada para todo aquel que esta bautizado y que tiene la gracia del Espíritu Santo, celebrando así la pascua eterna.
Convocó a los católicos a creer en la vida eterna, para ello se debe aspirar a los bienes eternos, no a los bienes de la tierra, señaló que se debe trabajar en la jerarquización de valores, los cuales, con el paso del tiempo, se han ido perdiendo.
“Lo primero es amar a Dios y creer en él, lo demás viene por añadidura, que el peso del cuerpo no impida al alma volar hasta lo más alto”, finalizó.
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